Vinos portugueses a toda velocidad (1)


¿Es posible visitar cinco bodegas y conducir más de 2.000 km en sólo dos días? ¿Se puede aprender algo de ello? Y lo que es más importante, ¿se puede disfrutar un viaje así? Yo pensaba que no, pero O’Lusitano, la distribuidora de productos portugueses afincada en Barcelona me hizo cambiar de opinión. En las escasas 48 horas que duró el viaje pude hacerme una idea -al igual que los colegas con los que lo compartí estos días-  de las posibilidades vitivinícolas de Portugal. Miraré de resumir mi experiencia a través de las notas que tomé y la impresión que perdura en mi memoria.

 Día 1 – Domingo, 6 de abril

Portugal Alves de Souza_13Salimos temprano de Madrid rumbo a Portugal Alves de Souza_04Régua (Douro). Objetivo: visitar un viñedo en el Douro y catar vinos de tres productores: Alves de Sousa, Casa do Cello y Anselmo Mendes. Llegamos a  la hora para visitar Quinta das Caldas, una de las propiedades de Domingos Alves de Sousa y su hijo Tiago.Portugal Alves de Souza_17 Un paisaje espectacular, rodeado en su totalidad por viñas. Un terreno modelado por el hombre a base de terrazas donde la viña es la reina y señora y merecedora de todos los cuidados. Todavía hay en los antiguos muros de piedra unos agujeros, los pilheiros, que evocan tiempos pretéritos en los que cada palmo de terreno contaba y cualquier espacio disponible se aprovechaba para plantar viña.Portugal Alves de Souza_42 Alves de Sousa creó su propia bodega en 1987 con la compra de cinco Quintas, y la trabaja con su hijo Tiago. Anselmo Mendes, reputado enólogo, se incorporó al equipo en 1991. Tienen un lema: «para conseguir el mejor vino hace falta la mejor uva». Con este criterio practican una viticultura de calidad. Sus rendimientos son de entre 4.000 y 5.000 kg/ha; y algunos terrenos los han adaptado para poder mecanizarlos (patamares). La bodega ha ido ganando reconocimiento con el tiempo, y ya desde 1999 se les reconoció su valía.

Entre una cosa y otra se había «hecho tarde» (los portugueses comen bastante antes que los españoles) y fuimos a Régua para catar sus vinos y los producidos por Casa de Cello y Anselmo Mendes mientras comíamos algo.

Portugal cata en Regua_07 Catamos un montón de vinos de varias denominaciones de origen: Douro/Port, Dao, Vinho Verde y Vinho Regional Minho, desde blancos sencillos, pasando por tintos hasta llegar a los famosos vinos de Oporto, para acabar con un Porto vintage. El resultado de la cata fue más que satisfactorio. Todos los vinos pasaron la prueba sin complicaciones, y me di cuenta de que, en general, los vinos portugueses tienen una calidad-precio de lo mejor que se pueda encontrar en todo el mundo. Me gustaron en particular el Curtimenta 2011 y el Anselmo Mendes Parcela Única 2012, dos vinos blancos que Anselmo Mendes produce en la DOC Vinho Verde. Y me sorprendieron -por diferentes a los gallegos- por lo grasos que eran, aromáticos y con una acidez perfectamente integrada (me evocaron los riesling alemanes). También encontré que resultarían estupendos para maridajes gastronómicos. Por otro lado encontré que los vinos de Casa de Cello y Alves da Sousa necesitan más tiempo para poder expresar todo su potencial, que lo estimo alto. Me gustaría poder probarlos en un par de años y ver cómo han evolucionado. En particular, me gustaron el Abandonado 2009 y el Memorias (una singularidad sin mención de añada), dos tintos muy, muy aromáticos.

montaje comida reguaLos vinos de oporto son, en una palabra, maravillosos. Catamos el Quinta da Gaivosa Porto White 10 anos Tawny -muy aromático-  y el Quinta da Gaivosa Porto 20 anos Tawny -excelente-, y acabamos con una «criatura», el Alves de Sousa Porto Vintage 2011 (que a pesar de ser un vintage recién nacido se dejaba beber muy bien, además de entonar melodías de lo que llegará a ser dentro de 15 o 20 años).

Tras esta cata-comida nos fuimos cercaPortugal Adegamae_02 de Lisboa a visitar la bodega Adegamae, un proyecto bastante nuevo en el que se ha previsto la más avanzada tecnología. Trabajan tanto con variedades autóctonas como con internacionales; producen aproximadamente medio millón de botellas, y esperan llegar al millón y medio.  Catamos 9 vinos de dos de sus marcas: Dory y Adegamae. Sin mácula y fáciles de beber. Dos de ellos captaron mi interés: el Adegamae V 2012 (de la variedad blanca viosinho, autóctona de Portugal) y el Adegamae T 2011 (un tinto de touriga nacional, una de las mejores cepas del país). Estoy convencido que el futuro de la industria vitivinícola pasa por la especialización, la calidad y la singularidad. Creo que esta afirmación es válida a nivel mundial. Y también soy de la opinión que tanto la viosinho como la touriga nacional están entre las variedades que captarán la atención del público, tanto especializado como profano.

adegamae montajeSalimos de la bodega tardísimo, ya de noche. ¡No hacía 18 horas que habíamos dejado Madrid y tenía la impresión de haber estado viajando una semana entera! Muchas buenas experiencias en muy poco espacio de tiempo. La hospitalidad demostrada, los paisajes, la gente, los vinos, la comida… ¡qué más se le puede pedir a un día!

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