VELLA TERRA Barcelona 2017


 

Ayer asistí a la feria de productos ecológicos Vella Terra. Fue un día tan estupendo como breve. ¡Estuve siete horas catando productos y charlando con los elaboradores y no tuve tiempo de probar ni un tercio de lo que había! Caras conocidas junto a muchas personas que no tenía el gusto de conocer. Un montón de vinos a catar, junto a cervezas, aceites, panes, vinagres, verduras y otros tantos productos en una feria que aspira a ser un referente en el sector.

He asistido con anterioridad a bastantes ferias de productos ecológicos, pero esta vez me dio la impresión que la calidad media era muy superior a la que había catado en otras ocasiones (exceptuando la Reinassance, que fue memorable). Me estaba empezando a acostumbrar a catar vinos y cervezas con olores, digamos, inconfesables. Ayer estos olores, aunque presentes en algún vino, brillaron por su ausencia. Y creo que eso es un motivo de celebración para todos, porque indica que el sector va imponiendo el rigor y la profesionalidad ante posiciones improvisadas.

Me centré en catar productos que no conocía y que me costaría catar en futuras ferias, sobre todo italianos -que abundaban- frente a españoles o franceses, por lo que las reseñas de las bodegas que menciono en este artículo son las que captaron mi atención, aunque estoy seguro que no son todas las que debieran aparecer si hubiese tenido tiempo de catarlo todo. Reseñas, todo sea dicho, de lo más frugales y espontáneas, pues casi no tomé anotaciones fiándome del poso que dejaran en mi recuerdo.

¡Italia, Italia! Un gran país cargado de historia y vino. No deja de sorprenderme que con lo cerca que estamos geográfica y culturalmente sea tan poco común tener oportunidad de catar sus vinos en nuestras tierras. Y no hablemos del conocimiento general de su variedad vitícola. Las nebbiolo, sangiovese, barbera, malvasía, dolcetto, pinot nero, catarratto, garganella y nero d’Avola conviven con las sempiternas cabernet sauvignon, syrah, chardonnay y merlot. Aparte, un nutrido de variedades minoritarias hicieron acto de presencia: pignoletto, ciliegiolo, grechetto y perricone, entre otras. Buen trabajo el de Enology, que trajo a muchos de ellos.

Podere Pradarolo (Emilia Romagna, Italia) fue la primera que me sorprendió. Sus malvasías dulces (una passita y la otra hecha por el sistema de criaderas y soleras) eran excelentes, así como sus espumosos y vinos tranquilos Vej Bianco Antico 2015 y el Velius Rosso Asciutto 2011. Interesante el punto salino y secante en sus vinos, sobre todo los blancos. Alberto Carretti me aclaró que el valle donde se encuentra la finca de 5 ha recibe las brisas marinas, y que los suelos eran predominantemente calcáreos y arcillosos. De hecho, me recordaban a los vinos de albarizas de Jerez.

Iuli (Piemonte, Italia) fue un encuentro agradable con Fabrizio. Sus Nino y Malidea me gustaron mucho. El pinot nero de lo más curioso, y la nebbiolo, muy elegante para ser una 2011. Equilibrio y finura. Muy ricos.

Casa Caterina (Lombardia, Italia). 7 ha trabajadas en biodinámica por los hermanos Aurelio y Emilio. Franciacorta, con espumosos de chardonnay 100% (Brut Cuvée 36 2012 y Brut Cuvée 60 2010)  y de coupage pinot nero con chardonnay (Brut Reserve VSQ 2001). Muy finos, limpios y equilibrados; y el Unico 2008.

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Azienda Agricola Le Due Terre (Friuli Colli Orientali, Italia). El Sacrisassi 2014 es un buen tinto, con tanino maduro y un equilibrio sin discusión.

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Pacina (Toscana, Italia). Muy buen vino el Pacina 2011, a base de Sangiovese y con un poco de canaiolo y ciliegiolo. Era sorprendente que un tanino marcadísimo no dejara la boca desolada. El tanino era muy duro, pero el final era amable. Muy curioso.

Valdibella (Sicilia, Italia). Cooperativa constituida por 6 productores. Trabajan 38 ha. Cultivo ecológico. Me sorprendió por encima de todos el Makellon (nero d’Avola con perricone, 12 meses en barrica). En la línea de los tintos que me gustan: tanino maduro, cuerpo medio, alcohol equilibrado y final limpio.

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Thierry Diaz et Christelle Caillot (Banyuls, Francia). Encontré sensacionales tanto su La Martine 2015 como su Machu Picchu 2016. Equilibrados, redondos y elegantes.

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Catadas Italia y Francia me interné en un repaso de vinos de reconocida trayectoria en el panorama nacional, entre ellos Mas d’en Gil, Celler Frisach, Terroir al Limit y Sao del Coster y Sicus. La feria iba marcha en popa. Había gente, pero podías catar en condiciones, sin tener que darte codazos con el vecino; y la acústica era buena. Un lujo para quien suele frecuentar ferias de vinos.

Mas d’en Gil. Delicioso referente en el Priorat, que presentaba un nuevo producto (en los brazos de Marta :-); y su Nus, un VDN de altísimo nivel.

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Nuria Renom, con sus dos ancestrales de recién creación: La Macabeu y el Free Rose. Intensos, limpios; sin «peros». Ojalá todos los ancestrales tuviesen la categoría de los dos que ha hecho Nuria.

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Sao del Coster (Priorat), con sus monovaritales de cariñena, La Pujada y Planassos; y su magnífico dulce de garnacha.

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Terroir al Limit (Priorat). Un referente de la zona. Siento especial pasión por Les Manyes, un monovarietal de garnacha tan fino, delicado y floral como caro y difícil de conseguir.

 

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Celler Frisach (Terra Alta). Igualmente un referente en su zona. Me encanta su Abrunet rosat (vernatxa blanca-gris-negra) y La Foradada.

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Sicus (Baix Penedés). Grandes vinos y excelente dulce. Cada día me pregunto por qué la gente no consume más vinos dulces y generosos. Tenemos un abanico excelente en Cataluña, los que elabora Eduard Pié son unos de ellos, y la realidad es que la gente toma en general vinos de tres denominaciones de origen -que no mencionaré aquí- y deja de lado auténticas joyas que tienen a la puerta de su casa. Espero que llegue el día que nos demos cuenta del capital que tenemos a tiro de piedra. Mientras, espero también que los elaboradores sigan produciendo estas joyas líquidas, escasas, exquisitas y dificilísimas de producir.

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También le dediqué un tiempo a la cerveza. Gran producto cuando se trabaja con mimo y conocimiento. Las primeras que caté fueron las de Bripau, un proyecto que nace en el  2014 en el que el maestro cervecero Brian Isús ha hecho un gran trabajo. Caté la Feral, una APA (American Pale Ale) y la Ràfega, una AAA (American Amber Ale). Las dos excelentes, con un buen equilibrio entre la sapidez, el amargor, el cuerpo y el carbónico.

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Cerré la ronda de bebidas alcohólicas con las cervezas de Lo Vilot. Me llamó la atención su cerveza negra, Black Power, suave, muy sabrosa y que incita a seguir bebiendo (algo poco común entre las cervezas negras).

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Acabo las reseñas con el agua. En esta feria de Vella Terra se sirvió Agua de Benassal (Castellón). No conocía esta agua, y fue un grato encuentro. Es suave y blanda, aunque tiene un residuo seco bastante elevado (265 mg/L), así como su contenido en calcio (98.9 mg/L). Todo un descubrimiento a tener en cuenta.

En resumen, las 7 horas en las que estuve en la feria Vella Terra me dieron para aprender mucho sobre vinos de variedades que desconocía, así como hacerme una idea de cómo está el sector del vino ecológico en su conjunto. La organización funcionó muy bien y el local fue adecuado al evento. Espero con ganas el año que viene. ¡A ver qué novedades encontraré!

www.vellaterra.com