Virtus Unita Fortior


Virtus Unita Fortior, el lema de Andorra, se puede traducir por algo así como “Unidos venceremos”. El lema viene al caso porque hace unos días asistí por tercera vez a la Trobada de Microproductors de vi a Andorra, una feria de vinos destinada, en mi modesta opinión, a convertirse en un clásico.

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ANDORRA SANT JULIA DE LORIA 19/11/2016 IV TROBADA DE PRODUCTORS DE VI A ANDORRA. FOTO DIGITAL EDUARD COMELLAS. SOCIETAT FIRA VI

El leitmotiv de la feria y el entorno irán gestando en las próximas ediciones un contexto de búsqueda de singularidad, altura y frescor en los vinos. Incluso la bandera andorrana parece apoyar tal idea: azul por el cielo, la altura, la pureza; amarillo, por los vinos «blancos»; y el rojo, por los tintos.

Esta cuarta convocatoria me ha dejado un grato sabor de boca. Recuerdo la primera con cariño, en la que la meteorología no jugó a favor, más bien al contrario, pero en la que pude conocer algunas bodegas sorprendentes, como  Casa Beal (Andorra), F. Schatz (D.O. Serranía de Ronda) o Coto de Gomariz (D.O. Ribeiro).

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En aquella primera ocasión me quedé con las ganas de poder visitar los viñedos andorranos. Me preguntaba, ¿a quién se le ocurre hacer vino en Andorra en sitios tan escarpados? ¿No sería más fácil comprar terrenos o viñedos en España o Francia y no complicarse tanto la vida?

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 Al final, el motor para la elaboración de vino -como otros tantos aspectos de la vida- no se rige por criterios económicos, sino por pasión. Este hecho es aún más presente cuando hablamos de microproductores. Y es en la singularidad de cada uno de ellos y sus escasas producciones donde radica el interés de este tipo de encuentros. En cada convocatoria han participado más bodegas que en las anteriores, este año unas 60, lo que da a profesionales y profanos la oportunidad de catar vinos de lo más diversos, tanto en filosofías de elaboración, varietales o zonas geográficas. Espero que en un futuro próximo pueda “quejarme” de que no tuve tiempo de catar todo lo que la feria podía ofrecer (esta vez sí pude :-)).

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Mencionaré con especial cariño a las bodegas andorranas. Ha habido mucha y buena evolución desde aquella primera edición en la que me preguntaba qué diantres hacían cultivando viña en Andorra. Ya entonces los encontré interesantes. Hoy, más. Solo hay cuatro bodegas: Casa Auvinyà, Borda Sabaté, Celler Mas Berenguer y Casa Beal; aunque esta última no estuvo presente este año, sí pude

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Anna Vicens entrevistando a Josep Pelegrí, flamante Mejor sumiller de España 2016

 

degustar los vinos de las otras tres. Vinos de altura, frescos y bien perfilados. No podía ser de otro modo cuando se trabaja en un clima marcado por una altura mínima de 1000 metros, donde la orientación de la viña marca la diferencia entre la vida y la muerte; y la decisión de trabajar en agricultura ecológica y biodinámica supone apostar por un perfil de vinos muy concreto, donde o trabajas bien o te estrellas. Riesling, pinot noir, gewürztraminer, albariño, pinot gris, viognier, chardonnay y cornalin dialogan con merlots y syrahs frente excelentes vistas del valle andorrano.

img_5916Otro aspecto concreto que me ha llamado la atención este año es la presencia de bastantes vinos dulces y rancios; españoles, franceses principalmente. Parece que la reflexión sea: – Somos pequeños, vamos al límite, vamos a hacerlo lo mejor posible; con mucha suerte llegaremos a vivir de ello… puestos en materia hagamos un dulce y un rancio (los vinos de nuestros abuelos) que son difíciles de producir, ni dan margen comercial o están de moda.img_5936

Hagámoslo, sí, porque nos apetece y porque creemos en ello.” – Una visión quijotesca de la vida, que comparto y aplaudo. ¡Bien por estos elaboradores, y estupendo para nosotros – que podemos acceder a estas vinificaciones especiales!. Solo me queda esperar que el próximo año tengamos más bodegas, referencias a catar y países representados.  Sin duda será así. Virtus Unita Fortior.