Los vinos del Empordà


Hace unas pocas semanas hablé sobre los vinos del Empordà (Girona). Retomo el tema tras haber visitado hace unos días un par de bodegas en la zona, además de haber degustado innumerables vinos en la feria de vinos de la DO Empordà que se celebró en Barcelona el pasado lunes. Podríamos resumir el tema en unas pocas palabras: la calidad media de los vinos de la DO Empordà mejora año tras año, al tiempo que nace un nuevo paradigma (dulce).
Con lo de «nuevo paradigma» me refiero al Mas Llunes Garnatxa d’Empordà Solera, un vino dulce de garnacha que ha ganado el premio al mejor vino de Cataluña.foto Mas Llunes garnatxa solera Es la primera vez que sale al mercado, tras un esmerado reposo de 10 años. Creo que el reconocimiento recibido servirá para dar a conocer este tradicional y dulce producto prácticamente desconocido para el público en general, pero mimado por bodegas como en el caso del Celler Pere Guardiola, Masía Serra y Celler Arché Pagès. Me atrevería a apostar que será diferente a partir de ahora tras el éxito cosechado por Mas Llunes y que beneficiará a todos aquellos productores que se han preocupado de manterner vivos estos singulares vinos a pesar de su baja aceptación en el mercado; una rentable inversión a largo plazo para aquellas bodegas comprometidas con la calidad, la autenticidad y la tradición.
Junto a Mas Llunes hay otras bodegas que hacen cosas interesantes. Por ejemplo, Can Sais produce un espumoso de garnacha, aunque hasta el momento sólo 300 botellas. Una afinada acidez junto con una burbuja muy fina conseguirán ligar buenos maridajes.

Gelamà produce un blanco de macabeu (viura), maduro y con una madera muy integrada. ¡Lástima que no produzcan más que 300 botellas!

Otra bodega que me ha sorprendido gratamente es Celler Hugas de Batlle situado junto al pueblo de Colera, a tiro de piedra del mar y a unos pocos quilómetros de la frontera con Francia. Sólo producen dos vinos. Un blanco de garnacha y moscatel, y un tinto de garnacha tinta y cabernet sauvignon. En total, menos de 10.000 botellas, pero suficientes para situarlos en el mapa vitivinícola (siempre y cuando el viento del Norte, la «tramontana», no se los lleve volando)

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=rbq7GSxe5Gc

Ellos representan lo que yo creo que es el futuro de la D.O. Empordà, que pasa por controlar el grado alcohólico y la astringencia en los vinos tintos -aportándoles complejidad- y priorizar la frescura y elegancia en los blancos. Como resultando, los blancos tienen una vibrante acidez, al tiempo que se mantienen armónicos y equilibrados. Por su parte, los tintos pierden cuerpo y ganan frescura y elegancia al controlar el alcohol y la astringencia.

Ya tengo ganas de volver a la zona para visitar algunas bodegas y sus pueblos de postal y disfrutar de su excelente gastronomía (El Bulli estaba ahí mismo, y El Celler de Can Roca no muy lejos. ¿Casualidad?

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